El prototipo fue creado por Reimar Horten y llegó a volar en 1954. Sin embargo, la iniciativa terminó suspendida con el golpe de Estado de 1955. En Argentina, el diseñador alemán se convirtió en una eminencia mundial en la aeronáutica.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Reimar Horten emigró a la Argentina y se radicó en abril de 1948 en Villa General Belgrano, Córdoba. Horten era un ingeniero especializado en aeronáutica en la Alemania nazi de Adolf Hitler. Junto a su hermano Walter contaban con un conocimiento codiciado en materia de defensa y aviación que, primero, desarrollaron de manera aficionada e independiente y luego en colaboración con el Ministerio de Aviación Alemán. Antes de emigrar, los hermanos construían aviones para la Luftwaffe, la poderosa fuerza área alemana que estuvo involucrada en los crímenes de guerra del Tercer Reich.
Los Horten diseñaron algunos de los aviones más avanzados de la década de 1940, incluyendo la primera de propulsión a chorro del mundo de ala volante, y el Horten Ho 229, un cazabombardero con una estructura revolucionaria futurista con la capacidad simultánea de transportar 1000 kilos de bombas y recorrer una distancia de 1600 km a 1000 km/h. La máquina incluía, además, una capa de carbono especial para volverlo invisible en la detección de radar.