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Violento ataque de una patota sindical contra un diario de Río Negro

En un hecho sin precedentes, un grupo de manifestantes de ODEL irrumpió a la fuerza en el edificio central del medio. Hubo agresiones físicas, amenazas y destrozos, pero no hay detenidos.

La libertad de expresión vivió ayer uno de los días más penosos en la región, con la violenta irrupción en el edificio central del diario RÍO NEGRO de un grupo de unos 50 manifestantes que responden a una organización sindical, vinculada a la CTA autónoma. Agredieron a empleados, amenazaron de muerte a un periodista, derribaron computadoras y realizaron destrozos y pintadas en la planta baja. Todo para evitar que se publique la noticia del avance judicial de una causa por abuso sexual que involucra al líder de la organización, Miguel Báez.

En medio de los agresores dentro del diario, ayer, llamó la atención la presencia de dos niños de no más de siete u ocho años.

Báez y sus seguidores tienen un largo historial de agresiones. Anoche el dirigente se desentendió de los hechos: “Yo no los mandé, no me puedo hacer responsable”.

La impunidad con la que este grupo se maneja por las calles de Roca es tal que, a pesar de que las autoridades de Río Negro se comunicaron inmediatamente con la Policía, los agentes demoraron 40 minutos en cruzar una calle, que es la distancia que separa el edificio de la comisaría Tercera, la más grande de la ciudad.

Para redondear, los violentos “festejaron” su faena con una choripaneada en la vereda de la sede de la organización, en la esquina de San Martín y Rivadavia, a una cuadra del destacamento policial del barrio Bagliani.

El ataque generó una catarata de mensajes de repudio, como los de los gobernadores de Río Negro Arabela Carreras y de Neuquén Omar Gutiérrez, e impacto fuerte en la prensa nacional.

Precisamente la mandataria rionegrina (quien además de expresarse públicamente, se comunicó personalmente con este medio) se comprometió a iniciar una investigación por la demora en el accionar policial. Lo mismo hicieron luego el Jefe de Policía, Osvaldo Tellería; el subjefe Orlando Cañuqueo, y la secretaria de Justicia, Betiana Minor.

Si bien desde la CTA autónoma, Rodolfo Aguiar (el actual secretario General de Río Negro y también secretario adjunto de ATE a nivel nacional), repudió el ataque y se intentó desligar de este grupo violento, hay antecedentes de cercanía con Báez.

Precisamente en la sede de ODEL, donde ayer se reunieron a comer choripanes tras el ataque a Río Negro, hay una gigantografía en el frente de un sonriente abrazo entre Aguiar y Báez.

Denuncia

Editorial Río Negro radicó inmediatamente una denuncia, y rápidamente el Ministerio Público Fiscal, con el procurador Jorge Crespo a la cabeza, abrió una investigación de los hechos.

Al cierre de la edición gráfica no se habían registrado detenidos.

Además de una gran cantidad de fotos tomadas a los agresores, se aportó como pruebas los videos de seguridad, en los que se ve cómo los manifestantes ingresaron a la fuerza, cometieron el ataque y se retiraron tras 40 minutos sin intervención policial.

Las agresiones incluyeron amenazas de muerte escritas y verbales al periodista Luis Leiva (quien cubrió este caso y otras denuncias a Báez, y a quien exigían ver), insultos y golpes al recepcionista del edificio, a otro empleado con un objeto contundente en el ojo y al fotógrafo Juan Thomes, quien precisamente había regresado al edificio tras la cobertura de la manifestación de apoyo a Báez en los Tribunales de Roca.

En la marcha no solo había integrantes de la organización de desocupados de Roca, sino que también había un grupo que llegó especialmente en un micro de larga distancia desde Cutral Co.

Se trata de uno de los peores ataques a la libertad de prensa que se recuerden en la región. Por ahora sin responsables.

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