Un vecino de la ciudad tucumana de Concepción que paseaba a su perro este domingo al mediodía puso fin al misterio que rodeaba a Nazareno Rivadeneira, un joven de 22 años que se encontraba desaparecido desde el jueves pasado.
Una cámara de seguridad captó su paso el 19 de agosto pasado en el cruce de San Martín y Roca, pero entonces el joven dobló en la esquina y se le perdió totalmente el rastro. “Ese mismo día he estado con él, estaba perfectamente bien. Nunca ha sido una persona cerrada, si tenía un problema lo decía. Le dijo a su jefe que que se sentía mal y se retiró. Jamás nunca le pide al jefe dejar el trabajo por más mal que se sienta. Eso le pareció al jefe muy raro”, dijo horas después de su desaparición su hermana, Yesica, en diálogo con El Tucumano. Nazareno trabajaba en una verdulería.
Nazareno ya no volvió a atender su teléfono. De hecho -resaltaba la familia- el celular estaba apagado. En medio de la incertidumbre y la preocupación, lanzaron en las redes sociales una fuerte campaña para viralizar la búsqueda. “Lo buscamos con desesperación. Ruego que no jueguen con nuestros sentimientos. Lo único que nos interesa es que él esté bien y regrese a nuestro hogar”, había escrito la joven.
Tuvieron que pasar casi 100 horas para que, finalmente, los interrogantes empezaran a responderse, aunque no de la forma que los Rivadeneira esperaban. El dolor por la muerte de Nazareno se reflejó en las últimas horas en los perfiles de distintos allegados del joven.
Aunque a simple vista el cuerpo no tenía signos de violencia y la principal hipótesis apunta a un suicidio, la fiscal María Emilia López de la Unidad Fiscal de Delitos Graves del Centro Judicial de esa localidad ordenó que se le realice una autopsia para establecer la causa de la muerte.
