La plataforma Star+ acaba de estrenar Limbo, una nueva ficción argentina. Protagonizada por la española Clara Lago, Mike Amigorena y Esteban Pérez, bajo la dirección de Agustina Macri y Fabiana Tiscornia, a lo largo de diez episodios plantea un drama familiar, la lucha por el poder, y a su vez, es un ejemplo de inclusión.
La historia guionada por Mariano Cohn y Gastón Duprat sigue a Sofía Castelló (Lago), la menor de tres hermanos, que luego de 15 años instalada en Madrid, con una vida llena de lujos, se ve obligada a regresar a Buenos Aires por la muerte de su padre, el empresario Francisco Castelló (Enrique Piñeyro). Y al pisar suelo argentino, no solo deberá afrontar la crudeza de la orfandad y el desamparo, sino que se verá trenzada en una intensa disputa con sus hermanos Ignacio (Amigorena) y Andrés (Pérez) por la compañía de cosméticos que han heredado.
A su vez, “Sou” -así llaman a Sofía desde su adolescencia- tiene una discapacidad auditiva, provocada por un accidente que tuvo en su juventud. Y esta condición se convierte en el mejor recurso para abstraerse y poder tener otra mirada de la realidad hostil que atraviesa durante la primera temporada. “El personaje se va desnudando y se conecta con su parte más auténtica”, adelantó Lago en la presentación de prensa de la serie. “Para mi Sou tiene una vida aparentemente divertida, pero que en el fondo es una manera de vivir anestesiada. La muerte de su padre es el comienzo de un viaje más profundo, porque por desgracia a los seres humanos nos cuesta muchísimo aprender y va a cargarla varias veces”, agregó.
A Mike Amigorena le toca ponerse en los zapatos del principal heredero del negocio familiar, un hombre que desde que nació ha sido formado para estar a la altura de los mandatos, con disciplina y frialdad. “Es un gran ejemplo de que tener y estar cargado de opulencia, de sostener mandatos no hace más que anclarte. Solamente la igualdad y la inclusión es lo que te hace mas lábil”, reflexionó y aseguró que Ignacio se encontrará sumido en la desesperación de tener que demostrar que está preparado para hacer todo lo que su padre le inculcó.
Por su parte, Esteban Pérez se pone en la piel de Andrés, el hermano del medio, que encuentra su pasión fuera del imperio que creó su padre. Y en el plano sentimental, se ve limitado por varias trabajar a raíz de experiencias que ha tenido. “Los tres personajes están en el limbo todo el tiempo. La llegada de Sou hace que todo eso se empiece a acomodar”, señaló. Y sumó: “Mi personaje va caminando por el filo de una espada, pero en la segunda temporada se termina cortando y abriendo todo lo que arrastra desde los primeros capítulos”.
