El avión de Aerolíneas Argentinas partirá este miércoles a las 19 y se prevé que el viernes retorne a Buenos Aires.
Este embarque extraordinario de vacunas es una respuesta acotada a la demanda que existe en el país cuando se aproxima el otoño y es muy probable que la segunda ola haga su pico.
Las 500.000 dosis de Sputnik V se sumaran a las 3 millones de dosis de Sinopharm que llegarán desde Beijing antes que concluya marzo.
Una cantidad escasa frente a las 51 millones de dosis que se necesitan para vacunar a la mayoría de los argentinos en condiciones de contagiarse de coronavirus.
Recién a comienzos de abril es probable que arribe un cargamento de Oxford-Astrazeneca, pero todo dependerá de los niveles de producción mundial y de la capacidad de negociación del Gobierno para acceder a millones de dosis que son requeridas a nivel global.
Las vacunas contra el Covid son un bien escaso, y su adquisición depende de la geopolítica y el poder real de cada estado.
El presidente Alberto Fernández está preocupado por la provisión de vacunas y asume que tiene pocos recursos para satisfacer la demanda interna.
La Casa Rosada firmó con Sinopharm un contrato flexible por 30 millones de dosis. Y eso implica que la Argentina puede comprar acorde a su necesidad.
Considera un hecho casi inevitable que Sinopharm pueda transformarse en el principal proveedor de vacunas de la Argentina.
Oxford-Astrazeneca tiene atrasos de producción, no hay acuerdos con Pfizer y Moderna, y la elaboración de la Sputnik V aún no tiene escala para satisfacer en tiempo y forma a toda su demanda mundial.