Bajo ningún punto de vista, mediando el contexto laboral, dejaremos de brindar la información inmediata y necesaria en el lugar de los hechos como acostumbra nuestro medio. A pesar de las circunstancias que invitan a limitarnos y violentarnos.
El derecho a expresar y difundir, buscar, recibir y compartir información e ideas sin miedo ni injerencias ilegítimas es esencial para nuestra educación, para desarrollarnos como personas, ayudar a nuestras comunidades, acceder a la justicia y disfrutar de todos y cada uno de los derechos fundamentales que aparecen en la Declaración Universal de los Humanos.
Sin haber sido suficiente la agresión física, increpar violentamente las herramientas de trabajo y reiterados insultos la mujer bajo un alto grado de impunidad, decide llamar al 911. Posterior a esto, personal policial se hizo presente en el lugar dificultando aún más el trabajo periodístico del corresponsal de nuestro medio.
Quién limita a sus empleados a la precariedad, la inseguridad y des-humanización, no merece otro adjetivo que el de repudio público.
Aquí el momento exacto de la agresión.
Aquí la nota completa: