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Preocupación en los organismos internacionales por la población afgana

Distintos programas de Naciones Unidas y representantes de ONGs aseguran que permanecerán en el país para garantizar la asistencia humanitaria y reclaman que ninguna nación les niegue la entrada de quienes huyan de Afganistán en busca de asilo.

Organizaciones humanitarias, ONGs y Programas Internacionales centran sus esfuerzos en la frágil situación de la población afgana, tanto de quienes permanecerán en el país como los que buscan huir por cualquier medio tras el triunfo talibán y la tensa nueva situación que se vive en el país asiático por los desplazamientos internos y ante la inminente imposición de la sharia (ley islámica).

La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (Unama) establece contactos con representantes talibanes para seguir prestando servicios a la población, declaró la directora de la misión, la diplomática canadiense Deborah Lyons.

“Continuamos nuestra labor dirigida a establecer contactos con los líderes del talibán, para seguir brindando servicios de vital importancia. Algunos de los líderes talibanes aún se encuentran en distintos países”, dijo en una rueda de prensa.

La Unama y algunas otras agencias de las Naciones Unidas fueron trasladadas provisionalmente de Afganistán a Almaty (Kazajistán) por razones de seguridad y volverán en Afganistán en cuanto se estabilice la situación.

En tanto, la representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Afganistán, Mary-Ellen McGroarty, advirtió que uno de cada tres afganos sufre inseguridad alimentaria debido a los efectos combinados de la guerra.

La responsable del PMA asegura que quiso quedarse en el país para mantener, en la medida de lo posible, la ayuda a la población más afectada por la insurrección talibán y los desplazamientos internos que provoca.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), por su parte, advirtió que ningún país debe negar la entrada de los afganos que huyan de su país en busca de asilo, “tanto dentro como fuera de la región”, e hizo hincapié en que los planes de evacuación urgente lanzados en estos últimos días no pueden eximir a los Gobiernos de seguir ayudando a Afganistán.

“Estos programas bilaterales de evacuación no deberían empañar o sustituir a una respuesta humanitaria internacional urgente y más amplia”, dijo la portavoz de la agencia, Shabia Mantoo, que advirtió que la situación sigue siendo “extremadamente variable”.

Estas evacuaciones, agregó, “tampoco deberían obstaculizar o impedir que los afganos busquen asilo en otros países”, tanto por cauces regulares como por otros “espontáneos”.

La “gran mayoría” de los afganos, de hecho, no pueden salir del país por vías regulares como podrían ser las evacuaciones, según Acnur, que estima en más de medio millón los desplazados internos y pide a los países vecinos tener las fronteras abiertas.

“Estamos decididos a quedarnos y repartir ayuda a la población afgana mientras tengamos acceso a quienes la necesitan y podemos garantizar la seguridad de nuestro personal”, explicó la portavoz.

También reclamó ayuda económica a la comunidad internacional, en la medida en que se requerirían 62,8 millones de dólares (53 millones de euros) solo para atender las necesidades urgentes en Afganistán. En total, la ONU valora su plan de ayuda para el país asiático en 351 millones de dólares, de los que solo ha recibido alrededor de la mitad.

Este viernes, el Gobierno alemán anunció que destinara 100 millones de euros (117 millones de dólares) a la ayuda de emergencia para afganos que se hayan refugiado en países vecinos tras el avance de las milicias islamitas.

“Se trata de un primer paso que demuestra que nos sentimos responsables y que nos importa”, indicó el ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, quien precisó que el dinero será canalizado hacia las organizaciones de ayuda internacional que asisten a los refugiados.

Berlín sigue evacuando a ciudadanos alemanes y personal civil afgano tras la toma del poder por parte de los talibanes.

Países de todo el mundo se apresuran a evacuar a sus ciudadanos y personal local, temerosos de la represión y las represalias de los talibanes.

El aeropuerto de Kabul fue este viernes nuevamente escenario de violencia y caos.

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