Orlando Bravo, nacido en Mayagüez, Puerto Rico, es reconocido como el primer multimillonario nacido en la isla. Su camino hacia la cima de las finanzas no estuvo exento de obstáculos. A los 30 años, sufrió una pérdida de aproximadamente US$100 millones debido a inversiones fallidas en startups durante la crisis de las puntocom a finales de los años 90. Lejos de desanimarse, Bravo adoptó la filosofía de Silicon Valley de aprender de los fracasos y no temer al riesgo.
Esta mentalidad lo llevó a fundar Thoma Bravo, una firma de private equity especializada en software, que actualmente administra alrededor de US$160.000 millones y ha adquirido más de 500 empresas del sector. Su enfoque se centra en identificar compañías tecnológicas con potencial de crecimiento, reorganizarlas y optimizar su rendimiento antes de revenderlas. Este modelo de negocio ha sido clave para su éxito y el de su firma.
Bravo proviene de una familia acomodada, lo que le brindó ciertas ventajas en sus inicios. Sin embargo, su habilidad para transformar desafíos en oportunidades ha sido fundamental en su trayectoria. Hoy, su historia sirve de inspiración para emprendedores y profesionales, demostrando que la resiliencia y la capacidad de adaptación son esenciales en el mundo de los negocios.
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