“Ahora es el momento de dejar las divisiones a un lado”, expresó el premier israelí, quien aseguró que el país atraviesa un momento crucial en el que “la fortaleza del pueblo debe prevalecer sobre las diferencias políticas o sociales”.
Netanyahu calificó la jornada como “una noche conmovedora” y subrayó que “mañana, nuestros hijos regresarán a su tierra natal”, al referirse al retorno de los rehenes, muchos de ellos retenidos durante meses tras el conflicto desatado con Hamas. “Este es un acontecimiento histórico —uno que algunos creían que nunca sucedería—. Pero nuestros combatientes creyeron”, agregó.
El jefe de Gobierno israelí también se refirió al proceso que se abrirá tras la liberación: “Mañana es el comienzo de un nuevo camino. Una forma de construir, una forma de sanar y, espero, una forma de unir corazones”, sostuvo, en alusión a la necesidad de reconciliación interna en un país marcado por las heridas del conflicto.
La esperada liberación de los rehenes, prevista para las próximas horas, representa un punto de inflexión en la crisis humanitaria y política que vive la región. El mensaje de Netanyahu busca preparar a la sociedad israelí para una etapa de reconstrucción emocional y política, apelando a la unidad nacional como base para avanzar tras meses de dolor e incertidumbre.