Tras sufrir un ataque de su exesposo, se había sometido a un primer trasplante pero experimentó incompatibilidades y debió volver a operarse.
“Esta es mi cara. Me la dieron. No es la cara original con la que nací, pero es mi cara”. Así se presentó en público Carmen Blandin Tarleton tras recibir su segundo trasplantes de rostro.
A siete meses de la última operación, la mujer de 53 años dio una entrevista al programa de televisión “Today Show”.
En 2007 su exesposo -en un ataque de celos e ira- irrumpió en la vivienda de Carmen, la golpeó con un bate de béisbol y luego le arrojó hidróxido de sodio a la cara, lo que le ocasionó a la víctima quemaduras en el 80 % del rostro y pérdida de la visión.
Luego del ataque criminal, Tarleton se sometió al primer trasplante, en el que recibió una córnea sintética en su ojo izquierdo.
Primero experimentó una mejora que le permitió tocar el piano y realizar algunos viajes. Pero en 2019 debió volver a cirugía a raíz de síntomas de incompatibilidad con el rostro trasplantado.
Le salieron manchas negras por insuficiencia del flujo sanguíneo, se le inflamaron los párpados y sus labios empezaron a desaparecer, por lo que no podía comer.
En el primer caso la donante fue una mujer que murió en prisión y en el segundo trasplante una adicta a las drogas que falleció por sobredosis.
“Y cada vez que me miro en el espejo, pienso en Casey”, afirmó Tarleton al referirse a la segunda donante.
Sobre las dificultades de su vida, Carmen remarcó: “Es mucho más fácil quejarse, […] hablar entre nosotros de lo que no funciona. […] Si me quedara allí, sería lo que la sociedad dice que sería: ‘vas a ser miserable, vas a ser discapacitada, vas a ser ciega, vas a ser dependiente. Vas a tener un trastorno de estrés postraumático, vas a estar deprimida'”.
