Los minions, personajes animados que se ganaron el cariño del público y representaron un verdadero suceso comercial en el mundo, regresaron este jueves a los cines con “Minions: nace un villano”, la quinta película de la franquicia que funciona como una precuela.
La película se centra en un Gru adolescente, de tan sólo 12 años en la década del ’70, antes de convertirse en “maestro del mal”. El joven ya planea apoderarse del mundo desde su sótano, pero no le va especialmente bien. Cuando se cruza con los Minions, incluidos Kevin, Stuart, Bob y Otto, un nuevo Minion con aparatos ortopédicos y una necesidad desesperada de complacer, esta familia inesperada une fuerzas
“Juntos, construyen su primera guarida, diseñan sus primeras armas y se esfuerzan por ejecutar sus primeras misiones”, adelanta la sinopsis.
Cuando el infame supergrupo de supervillanos, Los Vicious 6, expulsa a su líder, el legendario luchador de artes marciales Wild Knuckles, Gru es entrevistado para convertirse en su miembro más nuevo. “Los Vicious 6 no están impresionado por el diminuto aspirante a villano, pero luego Gru los engaña (y los enfurecerá), y de pronto se encuentra a sí mismo como el enemigo mortal de la cúspide del mal”, anticipan desde la productora.
La película está dirigida por el cineasta de la franquicia Kyle Balda (Mi villano favorito 3, Minions), codirigida por Brad Ableson (Los Simpson) y Jonathan del Val (películas La vida secreta de tus mascotas), y presenta la icónica voz de Pierre Coffin como los Minions y una banda sonora de los 70, cortesía del legendario productor musical Jack Antonoff, ganador de un Grammy.
La franquicia buscará de esta manera consolidar su éxito, con más de 3.700 millones de dólares recaudados hasta ahora en el mundo. En Argentina, más de 12 millones de espectadores asistieron a las salas a ver sus cuatro entregas anteriores.
El realizador a cargo de esta entrega, sobre los pequeños personajes, opinó en una entrevista que hay una “paradoja sobre ellos”: “Quieren servir a una especie de jefe malvado, pero en realidad no hay nada malo en ellos. Son bastante bondadosos, excepto que les gusta ver a otros fallar un poco. Se ríen de la desgracia del otro. Tienen muchos defectos, pero sus defectos terminan sirviéndoles. Una de las cosas que solemos decir es que ellos fallan de manera ascendente”.