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La viróloga china que huyó a Estados Unidos explica por qué cree que el coronavirus proviene de un laboratorio.

Para sustentar su teoría de que el virus fue fabricado de manera artificial, los científicos se apoyan en “tres líneas de evidencias”.

Li-Meng Yan es una viróloga nacida en Hong Kong que lleva varios meses acusando a China de haber ocultado información relacionada con la pandemia de COVID-19.

Debido a las amenazas de muerte que recibió, tuvo que huir de su país y refugiarse en Estados Unidos, donde ha trabajado durante los últimos meses junto a otros científicos compatriotas exiliados para probar sus afirmaciones.

Este lunes, la viróloga ha publicado en Zenodo un documento de 26 páginas titulado ‘Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una sofisticada modificación en laboratorio en lugar de una evolución natural’.

El texto está firmado por otros tres científicos y avalado por la Rule of Law Society, una organización fundada por el magnate chino Guo Wengui, exiliado desde hace cinco años en Estados Unidos tras ser acusado en China de varios delitos, entre ellos de corrupción y de abuso sexual.

Wengui también es conocido por sus conexiones con Steve Bannon, ex asesor del presidente estadounidense Donald Trump y figura clave de la extrema derecha en Estados Unidos.

Para sustentar su teoría de que el virus fue fabricado de manera artificial, los científicos se apoyan en “tres líneas de evidencias”.

En primer lugar, afirman que “la secuencia genómica del SARS-CoV-2 es sospechosamente similar a la de un coronavirus de murciélago descubierto por laboratorios militares de la Tercera Universidad Médica Militar de Chongqing en China y el Instituto de Investigación de Medicina del Comando de Nanjing, también en China”.

La segunda evidencia establece que “el motivo de unión al receptor (RBM) dentro de la proteína Spike del SARS-CoV-2, que determina la especificidad del huésped del virus, se parece al del SARS-CoV de la epidemia de 2003 de una manera sospechosa. La evidencia genómica sugiere que la RBM ha sido manipulada genéticamente”.

Por último, los científicos explican que el “SARS-CoV-2 contiene un sitio de escisión de furina único en su proteína Spike, que se sabe que mejora enormemente la infectividad viral y el tropismo celular”. Este sitio de escisión, que “se halla completamente ausente en esta clase particular de coronavirus que se encuentran en la naturaleza”, por lo que puede que “no sea el producto de la evolución natural y podría haberse insertado en el genoma del SARS-CoV-2 artificialmente”.

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