La situación en Santa Victoria Este, Chaco Salteño, se tornó crítica desde las primeras horas de este lunes, cuando vecinos y trabajadores de diversos entes gubernamentales comenzaron a trabajar sin descanso en medio de la oscuridad.
Su objetivo: evitar que el río Pilcomayo se desborde y alcance el pueblo.
Sin embargo, el drama se extiende más allá de las paredes del pueblo.
Las comunidades originarias que ya fueron desplazadas por la creciente del río han perdido todo, y ahora deambulan en campamentos improvisados a orillas de la ruta provincial 54, en condiciones precarias.
“No tenemos dónde ir, todo se perdió. Solo pedimos ayuda”, comentaron algunos de los afectados.