“Efectivamente hoy se dictó la sentencia. Cadena perpetua para ambos acusados. El año pasado tuvimos medio año de audiencias, más de 140 testigos, miles de pruebas y una situación conmovedora que repercutió en el tribunal. Estamos convencidos de que hubo justicia”, expresó la magistrada.
Cabral detalló que si bien la defensa intentó impugnar parte de la prueba —específicamente la funda de la motocicleta que habría vinculado a Bustamante con la escena del crimen—, esa nulidad no debilitó la contundencia del caso. “La perito dijo que el hollín era parecido al del domicilio, pero no aportó una técnica precisa que fundamente eso, por lo tanto, esa prueba fue anulada. Sin embargo, no era la única. Una de las más concretas fue el informe de llamadas entre Julieta y Bustamante: el celular de Jimena, que fue robado, impacta al día siguiente en la antena del barrio Agrupación Gaucha, justo en la casa de Bustamante. Ese aparato no tenía nada que hacer allí si él no estaba involucrado”, sostuvo.
Además, destacó los informes psiquiátricos que revelaron perfiles perturbadores: “Dos especialistas afirmaron que Bustamante tiene rasgos psicopáticos y capacidad para cometer hechos aberrantes”, afirmó.
Con profundo pesar, la jueza rememoró la vida breve y marcada por el abandono de la víctima: “Zoe lamentablemente vivió apenas cuatro años en condiciones de mucha vulnerabilidad. Fue violentada por su madre, deambuló de casa en casa porque esta la abandonaba. Con la familia Rodríguez encontró contención y cuidados, pero por cuestiones burocráticas —como la falta de un acta de nacimiento— se le impidió al padre reclamar su tenencia”, explicó.
“La madre —añadió— tenía problemas de adicciones y vivía en situación de calle. Todo esto hizo que Zoe quedara desprotegida. Hoy, con esta sentencia, creemos que dimos un paso hacia la justicia”, concluyó la jueza Cabral.
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