Durante la celebración en la noche santa, Braida recordó que “la fe en Jesús fue también un proceso para los primeros discípulos”, y que hoy también es un camino que requiere apertura, escucha y humildad. “El Resucitado quiere renovar nuestras vidas. No dejemos de buscar cada día un encuentro más profundo con Él”, expresó el obispo ante una multitud de fieles, en una ceremonia colmada de recogimiento y espiritualidad.
En su mensaje, hizo especial hincapié en la realidad social actual: mencionó la pobreza, el desamparo de niños y jubilados, y llamó a despertar capacidades solidarias. “El oficio que aprendimos, la profesión que abrazamos, deben ser herramientas para trabajar por un mundo más inclusivo”, afirmó. Cerró con un mensaje de esperanza: “Con Él, una sociedad con mayor justicia y solidaridad es posible”.