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Guzmán viaja a Washington a “recalibrar” el acuerdo con el FMI

El ministro de Economía participará el lunes de las reuniones de primavera que realizan el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para rendir cuentas de algunas tareas que se negociaron con el organismo.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará a Washington para participar a lo largo de esta semana de la tradicional reunión de primavera (boreal) del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

Antes de viajar este domingo por la noche o a lo sumo este lunes con destino a Estados Unidos, Guzmán -en medio del feriado largo de Semana Santa- mantuvo un encuentro con un reducido grupo de colaboradores en Chapadmalal, en el que pasaron revista a la gestión y definieron estrategias de cara a lo que será la primera reunión cara a cara de los funcionarios argentinos con el staff del FMI, luego de la aprobación del programa de refinanciamiento de la deuda con el organismo multilateral.

En la localidad balnearia bonaerense estuvieron presentes el secretario de Política Tributaria, Roberto Arias, y el subsecretario de Planeamiento Energético, Santiago López Orsini, entre otros funcionarios del Palacio de Hacienda.

La delegación que participará en Washington de la cumbre del FMI y el BM también estará integrada por el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz, quien oficiará de gobernador de la silla Argentina en el Banco Mundial, y el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello.

El titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, no viajará a la capital e Estados Unidos , por lo que su participación en la asamblea sería bajo formato virtual.

En Washington, los funcionarios argentinos se entrevistarán con el staff del FMI apenas unos días después de que se aprobara la creación de un nuevo Fondo de Resiliencia y Sustentabilidad, que tiene condiciones de financiamiento mucho más ventajosas que los tradicionales préstamos del FMI y del que la Argentina podría aspirar a obtener algún beneficio, por ser un país de ingresos medios donde el contexto internacional le pega fuerte, entre otros factores.

El nuevo fondo es a 20 años de plazo con tasas más bajas, y tendrá en el arranque una capitalización de 45.000 millones de dólares para todos los países que puedan calificar.

El monto total de la capitalización suma apenas un poco más que todo el préstamo que la Argentina acaba de renegociar con el FMI.

Si bien no hay nada definido aún para la Argentina, la titular del organismo multilateral, Kristalina Georgieva, adelantó que estará operativo a partir del 1 de mayo próximo.

En particular, el Gobierno argentino solicitó expresamente a Georgieva, en la carta de intención y en el memorando de entendimiento del nuevo programa con el FMI, “que confirme si, en algún momento de la duración del acuerdo de facilidades extendidas, el Fondo crease una nueva línea de financiamiento con mejores términos y para la que la Argentina sea elegible, la Argentina podría tener la oportunidad de utilizar esa nueva línea, en acuerdo con las políticas y procedimientos del FMI”.

Guzmán desembarcará con el dato de inflación de marzo fresco, y con el mandato ya anticipado por la directora de Estrategias del FMI, Ceyla Pazarbasioglu, quien dijo en una entrevista a Bloomberg Televisión de que se la debe domesticar. “La inflación está paralizando la economía” argentina y “necesita ser domesticada”, fueron algunas de las frases destacadas de la funcionaria.

Para compensar el peso negativo de la evolución de los precios, que en el primer trimestre del año acumula un alza de 16,1%, Guzmán podrá mostrar que está haciendo algunas de las tareas que se plantearon en el acuerdo, como la suba de tasas de interés.

El miércoles, después de conocerse el dato de inflación, el directorio del Banco Central de la República Argentina dispuso el incremento de la tasa de interés de las Leliq a 47%, lo que da una tasa efectiva anual del 58,7%.

Pazarbasioglu reconoció que esta alza en las tasas responde a los requisitos precisados en el acuerdo.

Otra acción en línea con los pedidos del Fondo es el aumento de tarifas para reducir los subsidios y facilitar la meta de reducir el déficit fiscal. También podrá mostrar que comenzó a trabajar en ese aspecto.

Pese a la reticencia de la línea más kirchnerista del Gobierno a tomar una medida impopular, como es el aumento de los servicios, convocó para los primeros días de mayo (a partir del 10) a las audiencias públicas que derivarán en un aumento de gas y de luz.

Los beneficiarios de la tarifa social de gas no serán alcanzados por el incremento este año mientras que para los usuarios de electricidad del AMBA con beneficio serán alcanzados por un 6% de suba.

En tanto que para “la mayoría de los usuarios residenciales de Edenor y Edesur excluidos quienes son beneficiarios de tarifa social, las facturas de luz tendrían una corrección en promedio del 17%” y “para la mayoría de los usuarios de gas del país se ubicará en 21,5% con leves variaciones según las regiones”.

Será el adelanto también de los principales ítems que tiene que ajustar la Argentina previa a la primera revisión del organismo, que será a mediados de mayo.

El directorio del Fondo, admitió en la nota donde reconoció el acuerdo, que la situación internacional, producto de la guerra, impulsará a recalibraciones del acuerdo. El dato de inflación de marzo, empuja a acelerar estos ajustes.

La asamblea de primavera del Fondo Monetario y el Banco Mundial, en una agenda que incluirá cambio climático, la persistencia de la pandemia y los efectos económicos globales de la guerra en Ucrania.

En la previa del encuentro que comenzará el lunes, la titular del organismo Kristalina Georgieva anticipó que el organismo recortó las perspectivas de crecimiento mundial tanto para este año como para el 2023 y a raíz del impacto de la guerra unos 143 países verán afectadas sus economías este año con bajas en su crecimiento, lo que representa el 86% del PIB mundial.

Ya en enero pasado el FMI había previsto un primer recorte en el crecimiento mundial a 4,4% para este año.

Desde entonces, la perspectiva se ha deteriorado sustancialmente, en gran parte debido a la guerra y sus repercusiones.

El organismo advirtió que la inflación en el mundo, el ajuste financiero y bloqueos frecuentes y generalizados en China están provocando cuellos de botella en el suministro mundial de las cadenas. Por lo que el FMI proyectó una nueva rebaja en el crecimiento global para el 2022 y el 2023.

El escenario se completa con un reconocimiento de que el aumento de los precios de las materias primas ha mejorado las perspectivas de crecimiento de muchos exportadores de petróleo, gas natural y metales pero que al mismo tiempo se ven afectados por mayores incertidumbres, y sus ganancias están lejos de ser suficientes para compensar una crisis mundial general.

Al mismo tiempo, los precios más altos de la energía y los alimentos se suman a la inflación.

Todo este combo de factores dilatará aún más que la producción alcance los niveles pre pandemia.

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