Guillermo Francella, protagonista de la película que estrenó en Netflix “Granizo”, valoró en diálogo que por primera vez se haya filmado “cine catástrofe” en la Argentina “con la misma intensidad” de producciones internacionales. También reflexionó sobre la trama, que en algunos aspectos toca temas como lo que pasa en las redes sociales y la “cancelación”. “Hay mucha crueldad”, opinó.
“Siempre fuimos testigos de películas extranjeras en que veíamos que volaba la ciudad en Estados Unidos, Europa, pero nunca algo con cosas identificables como nuestro Congreso, el Obelisco, la calle Corrientes. Había que estar a la altura y me quedé muy feliz de que se pueda hacer en Argentina con la misma intensidad que en el mundo entero”, remarcó.
El director de la película, Marcos Carnevale, oriundo de la localidad cordobesa de Inriville, destacó por su parte que tenía la asignatura pendiente de filmar en su provincia. “Creo que estuvimos a la altura, Netflix me hizo quedar bien y Guillermo también. Desembarqué con toda en la provincia, entré con una película, no una peliculita. Éramos los Rolling Stones, nos recibieron de una manera alucinante, cortaron la ciudad entera y hasta nos recibió el gobernador”.
Por otra parte, el realizador resaltó el repunte del cine en el medio del contexto de pandemia gracias “a las plataformas” y la demanda que están teniendo. Según su criterio, la cuarentena hizo crecer muchísimo la oferta y eso llevó a que haya más trabajo. “Hoy la industria está explotada. Estamos en una transición, acostumbrándonos a hacer y ver cine de otro modo, convivimos entre salas y plataformas, pero hay mucho movimiento”, añadió.
“Granizo” cuenta la historia de Miguel Flores (Francella), un meteorólogo que tiene un micro en un canal pero es tan exitoso y amado por todos por su precisión que termina estrenando un programa propio en el prime time.
“Lamentablemente tiene un desacierto en un pronóstico, cosa que nunca le ocurrió porque es un estudioso, siempre acierta, es fuente de consulta. La vida le cambia radicalmente, de ese amor que tenía pasó ser alguien cancelado con una crueldad absoluta, se tiene que ir y es odiado con la misma intensidad con la que era amado. Se refugia en lo de su hija (Romina Fernandes), que le reclamaba porque fue bastante abandónico por su éxito”, resumió Francella.
Y apreció a su personaje: “Hay algo de introspección que le pasa en su vida que lo cambia sustancialmente. Me gustó mucho interpretarlo porque tiene un arco que va desde la emoción, desde el amor, la gracia. Es un personaje que me gustó mucho, tiene mucha intensidad“.
El actor señaló que volver a trabajar con Carnevale fue “una experiencia hermosa” y que la felicidad de mucha gente tras ver la película fue “unánime”.
“Es maravilloso cómo se va construyendo la relación con su hija y es emocionante su despedida, cómo se abrazan”, expresó. En ese sentido, Carnevale apuntó: “Lo interesante es que son dos adultos, es una mujer hecha y derecha, entonces son dos gallos, es un duelo y no le deja pasar una”.
Carnevale subrayó que el largometraje toca un tema muy candente en la actualidad, que es la cultura de la cancelación. “Es tremendo y la hace muy actual, cómo un ser humano puede perderse en su propia fama, sentirse amado por años y años y de un día para el otro de Dios pasa a demonio. Él (Miguel Flores) viene de una etapa análoga, donde la fama era con la TV abierta y no había cable. Después aparecieron las plataformas, Twitter y entró en otra era”, consideró.
Francella y las redes sociales
El actor comentó que no tiene redes sociales personales. Aclaró que le parecen fantásticas para difundir trabajos, pero a nivel personal, indica que nunca comulgó con compartir su vida con seguidores.
“Llevo 40 años de profesión y pude conciliar muy bien mi mundo privado con el público, sin necesidad de exponer a mi familia, mis cosas, mis momentos. No es que me llevo mal, no tengo redes o si tengo son de fantasía con nombres no verdaderos para seguir a quien me interesa, leer noticias o divertirme con un reels de Instagram. Pero no tengo esa necesidad de mostrar cada acto mío desde un desayuno o decir dónde estoy. A veces amigos míos me dicen ‘estuviste en un casamiento’ y me dicen tu mujer lo publicó”, agregó entre risas y aseguró que no cree que esté equivocado quien lo haga, pero que no se siente “a gusto”.
“Son necesarios porque llegaron para quedarse, pero hay que ver cómo se utilizan. Hay mucha crueldad, desde el anonimato es fácil insultar, se sienten protagonistas por un momento de algo y yo no comulgo en lo mas mínimo con eso”, cerró.
