Flavia, de 87 años, vive en un paraje, en el pueblo de San Rafael, departamento General San Martin en Ulapes, junto a uno de sus hijos. A pesar de que la línea eléctrica pasa por la ruta y que el último vecino con servicio se encuentra a solo 500 metros de su casa —y la vivienda de Flavia está a 800 metros del tendido—, nunca se le garantizó el acceso a la electricidad.
Según relató su hija, la familia pagó la primera bajada de luz hace 12 años, pero el servicio jamás fue instalado. En el año 2022, volvieron a abonar para que se concrete la conexión, pero hasta el día de hoy no recibieron ninguna solución ni respuesta concreta por parte del organismo correspondiente.
Mercedes expresó que su madre vive entre la oscuridad y la injusticia, mientras el tendido pasa a pocos metros de su hogar. Denunció que los trámites han sido ignorados y que las promesas nunca se cumplieron, a pesar de haber abonado en dos oportunidades lo que les exigieron para acceder al servicio.