No se trata simplemente de una fiesta de disfraces ni de un encuentro de cosplay. Estamos hablando de un grupo de personas que se conocieron a través de las redes sociales o comunidades virtuales y que se reunieron en el Abasto durante el fin de semana para disfrutar juntos, ya sea vistiendo trajes de peluches gigantes o no.
La comunidad furry, también conocida como “Furry fandom”, está compuesta por individuos que sienten una atracción hacia el género furry, que abarca a los animales antropomórficos, es decir, aquellos que poseen características humanas. Estas personas crean avatares o personajes que los representan en las redes sociales y, mediante los fursuits, pueden dar vida a estos personajes en el mundo real. Los fursuits son trajes que representan una “fursona”, término utilizado para referirse al personaje con el que cada individuo se identifica.
Poli y Osi, miembros del comité organizador de la convención, explican: “Esto no solo es una fiesta llena de peluches de colores, sino también un encuentro que celebra la diversidad. Es un espacio donde podemos pasarlo bien y expresarnos libremente, sintiéndonos seguros”.
Ambos señalan que, aunque esta convención se celebra en diferentes partes del mundo, llevó mucho tiempo concretar este encuentro en Argentina: “En el primer evento éramos solo 30 personas, y este año, en la FurCon, somos más de 400”.
La Argentina FurFiesta! es un lugar de encuentro para aquellos que no tienen otros espacios donde reunirse y encontrar un sentido de pertenencia. Es un punto de encuentro para personas diversas, artistas o no, provenientes de distintos orígenes y culturas. “No es necesario tener un traje para asistir a la fiesta. Con tener un avatar basta para formar parte de la comunidad”, aseguran los organizadores, quienes provienen de diversos ámbitos profesionales y también forman parte de la comunidad furry.
Personas de Chile, Brasil, Uruguay y diferentes provincias de Argentina asistieron a la convención del fin de semana en el Abasto. “La idea es conocer en persona a los amigos virtuales de los cuales solo conocemos sus nombres de fursona y avatares. Algunos de nosotros llevamos los trajes que compramos a artistas especializados en su confección”, resumen.
“Dragón nórdico”, uno de los participantes, compartió con TN que la filosofía furry consiste en reunirse para expresarse y apoyar campañas de ONGs. “Tengo 27 años y soy de Capital Federal. Mi fursuit es un traje que representa a mi fursona. Es una representación de mí mismo y cómo quiero que los demás me vean”.
“Aquellas personas que sufren de ansiedad o les cuesta hacer amigos encuentran un lugar de pertenencia aquí, ya que esta comunidad es muy inclusiva”, señala.