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Entran 70 personas y son sesiones de 3 horas: así funciona el primer club de masturbación de Madrid

El dueño, que lo inauguró inspirado en clubes estadounidenses, habló de lo que sucede dentro de su negocio.

Madrid abrió hace poco su primer local de masturbación masculina en grupo. Y no es el único que hay en la capital: es el primero del país y uno de los pocos que hay en el mundo.

El País publicó una nota que revela a grandes rasgos lo que sucede dentro de “Pajas entre colegas” (así se llama el local). ¿Cómo funciona? El nombre lo dice todo, pero se puede afirmar que por 20 euros por mes (o 235 anuales) un hombre puede presentarse en el lugar y tener una sesión masturbatoria de tres horas, así como también dialogar con otros hombres y aprovechar las comodidades del sitio.

Dentro hay códigos de conducta. Las reglas más importantes son: nada de sexo oral ni anal; sí se pueden besos y masturbación mutua.

En “Pajas entre colegas” entran 70 personas. El lugar, iluminado con luz tenue e indirecta, tiene aproximadamente 100 metros cuadrados. Hay grafitis, dos baños, lockers, cajas fuertes, sillones, pantallas gigantes con videos de hombres masturbándose y suena jazz.

Nacho, un hombre de 43 años, lo inauguró porque empezaron a quedarles chicos los domicilios en donde solía organizar estas reuniones. La idea la sacó de los “jack off clubs” noventeros de Estados Unidos. En América del Norte hay alrededor de 20 clubes como éste.

Según le contó Nacho a El País, el público que frecuenta clubes como el suyo es tanto heterosexual como homosexual. ”La presencia de hombres heterosexuales en estos clubes es un hecho, yo mismo lo soy”, afirma el dueño del negocio, que está convencido de que su sitio está allí para reivindicar lo homoerótico entre hombres homosexuales.

“Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina”, reflexiona Nacho.

El dueño del sitio cree que “el placer al masturbarte es personal y depende de ti, pero también puede conectarte directamente con otros hombres que disfrutan masturbándose. Buscan disfrutar, compartir esos sentimientos con otros hombres. Si lo piensas, es la alternativa de relación abierta ideal para muchas personas con límites claros de intimidad”.

“Rain City Jacks”

Uno de los pioneros en inaugurar este tipo de clubes, o por lo menos un apellido muy visto en diferentes notas que salieron sobre ellos en 2019, es Paul Rosenberg.

Rosenberg es dueño de “Rain City Jacks”, un club de masturbación para hombres de Seattle que inspiró a Nacho para su “Pajas entre colegas”. Las reglas en el club de Rosenberg son iguales a las del español.

En 2019, quienes lo deseaban se podían juntar martes y domingos en el Rain City Jacks en una galería de arte erótico y hacer lo suyo entre muebles cubiertos con lona y vasos de plástico con lubricante.

Rosenberg coincide con Nacho: la mayoría de los asistentes a su club son homosexuales, pero también hay muchos que se identifican como heterosexuales.

Según un informe de GQ sobre el fenómeno, Rosenberg concluyó luego de hacer censos anuales sobre los visitantes de su negocio que alrededor del 10 por ciento de los casi 300 miembros de “Rain City Jacks” se identifican a sí mismos como heterosexuales y el 25 por ciento se identifican como bisexuales.

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