El presidente de Colombia, Gustavo Petro, solicitó el martes acabar con la guerra contra las drogas, a la que calificó como “irracional”, al tiempo que convocó a América Latina a unirse en ese propósito, así como en la defensa de la Selva Amazónica y en la lucha contra el cambio climático.
En su primer discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas desde que asumió la presidencia de Colombia en agosto como el primer mandatario de izquierda en la historia del país, Petro criticó la defensa del petróleo y el carbón por parte de los países desarrollados.
“La guerra contra las drogas ha fracasado. La lucha contra la crisis climática ha fracasado”, expresó Petro en su discurso ante Asamblea de las Naciones Unidas. “Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas”.
Colombia es considerado como el primer productor mundial de cocaína, con más de 970 toneladas anuales, y frecuentemente enfrenta la presión de Estados Unidos, su principal aliado en la lucha antidrogas, para reducir el área cultivada de hoja de coca, la materia prima de la cocaína, y disminuir la producción del alcaloide.
“Les invito a detener la guerra y a detener el desastre climático”, dijo Petro, un economista de 62 años que intenta implementar un ambicioso programa social para combatir la pobreza y la desigualdad en Colombia.
“Convoco a toda América Latina en este propósito. Convoco la voz de Latinoamérica a unirse para derrotar lo irracional que martiriza nuestro cuerpo”, afirmó el mandatario colombiano, y llamó a la comunidad internacional a salvar la Selva Amazónica con fondos o una reducción de la deuda externa que permita a los países de la zona liberar recursos presupuestales.
La Selva Amazónica es el bosque tropical más grande del mundo, con unos siete millones de kilómetros cuadrados, y es considerada vital para frenar el catastrófico cambio climático, debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorbe.
Brasil y Perú poseen la mayor extensión de la zona rica en flora y fauna, seguidos por Colombia, Bolivia, Ecuador, Guyana, Surinam y Guayana francesa.
El narcotráfico es considerado el combustible que alimenta el conflicto interno armado de casi seis décadas en Colombia que ha dejado al menos 450.000 muertos y en el que intervienen las guerrillas de izquierda, bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares y carteles internacionales.
Petro busca una “paz total” que permita silenciar los fusiles y detener el derramamiento de sangre en el país sudamericano de 50 millones de habitantes a través de negociaciones y procesos de sometimiento.
“Les propongo y los convoco a América Latina para ello, dialogar para acabar la guerra. No nos presionen para alinderarnos en los campos de la guerra. Es la hora de la paz”, concluyó Petro, que también instó al fin de la guerra en Ucrania.