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En la Casa Rosada aseguran que Cristina Kirchner avaló las últimas medidas económicas

La ministra Batakis habló todos los días con la vicepresidenta; también la consultó antes de cada anuncio

Después de la asunción de Silvina Batakis como ministra de Economía, el gran interrogante que se instaló en los mercados y en la calle giró en torno del compromiso de la vicepresidenta Cristina Kirchner con las medidas que anunciaría. El silencio posterior del kirchnerismo cuando el lunes se conocieron las primeras decisiones de la funcionaria tampoco contribuyó a disipar las dudas. Sin embargo, en el Gobierno aseguran que Cristina Kirchner fue consultada antes de anunciar cada una de las disposiciones y que además avaló su difusión.

Incluso, muy cerca de Batakis aseguran que la ministra “habló con la vicepresidenta todos los días desde que asumió”, que “la consultó antes de la batería de anuncios del lunes” y que también dialogaron antes de dar a conocer el aumento del llamado dólar turista. De hecho esta semana, según fuentes cercanas, comentó en su entorno: “¿Ustedes creen que yo avanzaría con las medidas que anunciamos sin antes consensuar con el Presidente y con la vicepresidenta?”

Allí sostienen que Cristina Kirchner la conoce desde hace mucho tiempo y que su nombramiento no representa una sorpresa para ella. “Se tratan desde hace tiempo”, resaltan, y recuerdan que la única foto que se conoce de ellas dos juntas es de 2018, en una ocasión que se juntaron para hablar de economía durante una hora y media.

Pero la voluntad de la ministra por demostrar el apoyo político del kirchnerismo colisiona con la falta de gestos públicos de Cristina Kirchner. No solo no fue a su asunción ni se refirió a ella cuando dio su último discurso en El Calafate. Ayer dio una nueva prueba de su intento por mantener distancia con la política económica cuando a través de un comunicado del Senado admitió haberse reunido con Alberto Fernández y con Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados, pero negó que se haya hablado del dólar turista o del Fondo Monetario Internacional (FMI). La vicepresidenta parece más dispuesta a aportar a la estabilidad institucional del Gobierno a través de la seguidilla de diálogos con el Presidente que a asumir los costos de las medidas económicas concretas, de las que busca mantenerse al costado.

Durante el último período de la gestión de Martín Guzmán en Economía, el kirchnerismo se mostraba intencionalmente distante de las definiciones económicas, como la decisión de acordar con el FMI o de subir las tarifas de luz y de gas en forma segmentada. Incluso dejaba trascender que ellos estaban fuera de la mesa de resoluciones que reunía al Presidente y a Guzmán.

Las turbulencias

En Economía están confiados en que después de la “compleja” semana inicial, con los anuncios del último lunes empezarán a generar alguna certidumbre, una reacción que los mercados hasta ayer todavía no reflejaron. Todos los indicadores mostraron falta de confianza, desde los bonos al riesgo país y el dólar blue.

En el Palacio de Hacienda entienden que el mercado en pesos debería tranquilizarse después de haber habilitado un seguro para que los bancos compren títulos del Tesoro con una garantía especial para poder vendérselos al Banco Central.

Otra de las variables desatadas, que fue el dólar blue, es minimizada por la ministra porque la considera “un mercado marginal”. Sin embargo, sí le preocupa que el flujo de divisas para turismo se ha potenciado después de la pandemia porque surgió una demanda de viajes reprimida. Esta salida de dólares no es compensada por el turismo receptivo ya que según una estadística oficial elaborada entre Economía, Turismo y el Indec, solo entre el 14% y el 16% va al mercado oficial y el resto al blue. En consecuencia, la mayor parte no termina en las arcas del Banco Central.

En Economía creen que el mes bisagra debería ser septiembre, porque baja la demanda para turismo, pero especialmente porque con el aumento de las temperaturas se requerirían menos importaciones de gas, que hoy son la principal fuente de demanda de dólares. Además, ingresa la liquidación de la cosecha fina.

Curiosamente, lo que más preocupa a la flamante ministra en materia cambiaria es el Mundial de Qatar, dada la cantidad de argentinos que planea concurrir. “Estamos entre los diez países con más entradas compradas”, repitió esta semana para reafirmar su inquietud. Esa demanda difícilmente se sienta desalentada por la suba de la alícuota para el dólar turista.

Después de una primera semana de desembarco en el cargo, marcada por fuertes turbulencias en los mercados y en la calle por la falta de precios, Batakis buscó el lunes dar su primera señal con una conferencia de prensa en la que anunció, entre otras decisiones, el mantenimiento del acuerdo con el FMI (admiten que abrirán una renegociación, pero recién después de que se aprueben las metas del segundo trimestre), medidas para mejorar la situación fiscal y una suba en las tasas de interés.

Pese a la semejanza con los lineamientos de Guzmán, Batakis se diferencia claramente cuando le hablan de una suerte de “continuidad”. Una fuente muy cercana a ella, expresó: “La continuidad de Guzmán era ir al fracaso, ese desorden no lo vamos a repetir. Nosotros vamos a cumplir lo que dijimos, no como él, que dijo una cosa e hizo otra”, contrastan.

También en Economía están convencidos de que el compromiso con el que asumió Batakis fue que traería todo su equipo y que por eso pidió las renuncias, entre otros, del exsecretario de Hacienda Raúl Rigo; del extitular de la Comisión Nacional de Valores, Adrián Cosentino, y del director del Banco Central, Diego Bastourre. “Va a seguir habiendo cambios”, anticiparon esta semana. Incluso aseguran que en un tiempo no descarta relevar al camporismo del área de Energía, el Waterloo de Guzmán en su intento de conseguir el manejo total de la botonera económica.

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