“Rescataron a 15 mujeres argentinas que eran sometidas a una red de trata en México”; “Desmantelan red de trata de mujeres en Playa del Carmen y rescatan a 15 argentinas”; “Rescataron a 15 argentinas de una red de trata en Playa del Carmen”, eran algunos de los títulos que se podían leer hace dos semanas en todos los portales de noticias de Argentina. Una novedad que estremeció a todo el país, pero que es una realidad que se vive día a día y no vemos.
Según el portal oficial del Estado argentino (Argentina.gob.ar), el año pasado fueron rescatadas 1552 personas de la trata de personas. “Las mismas fueron asistidas con una serie de programas que forman parte de una política pública impulsada por el Comité de Lucha contra la Trata, para la restitución de derechos y en pos de recuperar un horizonte de vida”, informa la página.
La trata de personas es un tema sumamente sensible e invisible a nuestros ojos. Pero el arte logra cosas increíbles y lo que ha hecho el director de cine, Guillermo Navarro no tiene palabras.
El próximo jueves 6 de junio, se estrenará en todas las salas del país Historias Invisibles, una película de Navarro que cuenta con la producción ejecutiva de la mendocina, Sofía Toro Pollicino. El film relata la asfixiante vivencia de un secuestro, la impunidad de la trata y una madre indomable en su búsqueda.
En detalle, el largometraje está inspirado en hechos reales. “Historias Invisibles narra la historia de dos jóvenes secuestradas por una organización de trata de personas. Cecilia (16) viene de una familia pobre de Catamarca y es captada por un novio mucho más grande que ella. Jorge, su padre, y ante la no colaboración de la policía, pierde toda esperanza de encontrarla hasta que recibe un llamado de su hija y decide emprender un viaje de 2.000 Km para rescatarla. Paula (18), es una chica de clase media de Mendoza que es secuestrada violentamente y su madre, ante la no ayuda de las autoridades, decide recorrer burdeles buscándola, aunque tenga que enfrentarse a todo y a todos”, cuenta la sinopsis de la película.
Es importante destacar que esta propuesta cinematográfica ha sido grabada íntegramente en la Provincia de Mendoza.
La película cuenta con un importante elenco, conformado por: Antonella Ferrari; Eleonora Wexler; Vanesa González; Pablo Pinto; Pablo Tolosa; y Mariano Bertolini. En el film, también participan actores locales, como Pinty Saba.
Wexler, destacada actriz argentina, interpreta a Graciela, una madre imparable en la búsqueda de su hija secuestrada. La artista dialogó en exclusiva con MDZ Show sobre su papel en esta propuesta, reflexionó sobre la trata de personas y también hizo un breve repaso por su carrera como actriz.
– Has actuado en comedias, thrillers, novelas románticas, y más. ¿Cómo es interpretar un papel protagónico en una película tan cruda basada en algo real?
– Lo primero que se me vino a la cabeza cuando me llegó el libro de la mano de Guillermo Navarro, fue pensar en lo poco que conocemos de todo este mundo. Qué invisibilizado está todo este mundo. ¿Qué pasa que, nosotros como sociedad, tampoco vemos esto? Algo que pasa a la vuelta de la esquina, que está acá nomás. No hay estrato social para esto. Quizás tuvo su momento, donde se hablaba mucho de esto, después desapareció y pareciera que no existe, que es invisible y eso está, está candente y sigue existiendo. Entonces dije: ‘Yo no puedo no poner voz a esta madre’. Yo tengo una hija, en ese momento tenía 17 años. El sólo hecho de pensarlo, es insoportable, un dolor muy grande. También pensaba (porque hay un caso puntual del que habló Guillermo en su momento de Susana Trimarco, la mamá de Marita Verón): ‘¿Qué pasa con estas mujeres que viven eso? ¿Cómo han hecho para poder luchar y generar un espacio para poder recuperar a otras niñas?’. Me sorprende. ¿Cómo no voy a ponerle el cuerpo a esta historia y hacerla visible? Porque eso es lo que tiene el arte, la posibilidad de visibilizar, contar y reflexionar.
– ¿Creés que, en la actualidad, la Justicia ha tomado más cartas en este asunto?
– La verdad que no lo creo. Me resulta un poco difícil el tema de la Justicia porque, justamente, están todos entongados. No puedo generalizar, pero en esta historia, que no es tan vigente pero tampoco es tan atrás, lo que muestra es que la Justicia no hace absolutamente nada.
– ¿Cómo debería actuar la Justicia en este tema?
– Rompiendo el tema de la trata. O sea, hay algo que tiene que ver con el enganche, es como un círculo: este está entongado con este y hay plata.
– ¿Hubo alguna escena que te costó hacer?
– Todas. Pero porque está mi hija. Es más, en algunos momentos mantuve una cierta distancia justamente por eso, internamente, Porque es insoportable, el sólo hecho de pensarlo, de llevarlo al cuerpo, es insoportable. Uno me puede preguntar si pensé en alguien o si tuve algún referente en el film y no. Leí sobre Susana y otras madres que también vivieron la misma situación, pero dije: ‘No. Voy a ir a lo más cercano que tengo’.
– ¿En qué localidades mendocinas grabaron?
– Las escenas que yo grabé fueron en Chacras de Coria y Ciudad. Habían muchos actores mendocinos, el equipo técnico, casi total, mendocino. Fue una hermosa experiencia, totalmente federal la película.
– ¿Cómo es salir de Buenos Aires y trabajar en otra provincia?
– Me encanta, se disfruta. Aparte hay algo: estás acá, con los otros actores, con la parte técnica, compartís momentos. Hay algo que se hace mucho más afín para todos. Entonces estás concentrado 100 % en eso. A mí me encanta viajar trabajando.
– ¿Cuánto tiempo estuviste en Mendoza grabando?
– Tres semanas. Y después me fui a pasear a la Cordillera. Fui a Tupungato, a la Bodega La Azul que es mi preferida. La conocí porque me invitaron cuando terminé de filmar la película. Me fui con una amiga en auto para allá y ahí paso el año nuevo siempre con ellos. Estoy fascinada, me enamoré de Mendoza.
– Iniciaste tu carrera artística a muy temprana edad. Con 8 años, ya estabas en la obra de teatro, Annie. ¿Qué balance hacés de todo el camino recorrido?
– Que me sigue gustando mi profesión (risas). Lo sigo eligiendo. Tuve momentos por ahí más de adolescente, donde tuve más dudas sobre la existencia, donde encontré más ruidos en la cabeza acerca de lo que me gustaba. Entonces ahí tuve como una sensación medio de crisis de no querer trabajar durante un tiempo, y después justo tuve el reemplazo en una obra de teatro, subí al escenario y sentí que era lo que elegía hacer otra vez. Lo que sí puedo vibrar es que tuve la posibilidad de ir eligiendo qué hacer y me siento una privilegiada y afortunada. Siento que eso es la búsqueda, poder elegir qué quiero contar.
– En algún momento, ¿se te pasó por la cabeza hacer otra cosa no relacionada a la actuación?
– Cuando era chica. Me gustaba escribir, bailar. Ahora me gusta yoga y practico mucho. Entonces en un momento dije: ‘voy a ser instructora de yoga’; que eso puede tranquilamente convivir con lo mío. Pero de elección, todo lo que tiene que ver con el arte. Nunca me despegué de eso.
– La ficción argentina en la televisión, ¿ya murió? ¿O todavía hay esperanza de que vuelva y funcione? Porque hace mucho no se ven producciones nacionales en la pantalla chica…
– Yo siento que la ficción en la televisión de aire está muerta, que ha virado para otro lado. Creo que el tema de la globalización, el tema de las plataformas, ha hecho un cambio enorme. Los programas que están en la televisión de aire son de entretenimiento, magazines, y ficción no hay más, y las que hubieron el último año no han funcionado. Ahora, hay cada vez más opciones de plataformas. Ojalá que pueda ser accesible para la gente, porque hay muchos que no pueden acceder, pero yo creo que esto también se va a modificar de alguna manera, porque es de la única forma que la gente va a ver ficción.
Sí conoces, o sospechas, de un caso de trata de personas, podés denunciar la situación llamando a la línea telefónica gratuita 145. La denuncia puede ser anónima.