Con una expresión tan gráfica como contundente, Navarro afirmó que “el invierno será un elástico, va a ir y va a volver”, en referencia a la alternancia de jornadas frías con días de temperaturas inusualmente cálidas para la época. Según adelantó, se prevé la llegada de tres frentes de aire polar, una cifra inferior respecto al año pasado, lo que se traducirá en menos horas de frío y un 30% menos de heladas.
En cuanto a la posibilidad de nevadas, el especialista explicó que si bien podrán producirse, su alcance dependerá de la duración de los sistemas de baja presión: “Vamos a tener nevadas, pero la cuestión es otra: el aire húmedo que vamos a tener por este sistema de baja presión. Si dura 3 o 4 días, puede entrar en las zonas urbanas; si no, no”. Además, destacó que los frentes polares ingresan con temperaturas de hasta 40 grados bajo cero en altura, lo que en condiciones particulares puede generar nevadas incluso en áreas urbanas.
Respecto al pronóstico a corto plazo, Navarro anticipó lluvias para el jueves y el sábado, y alertó sobre un marcado incremento en la humedad en comparación con años anteriores. Esta situación, junto al ingreso de masas de aire cálido y el fenómeno del viento Zonda, provocará que en junio y julio se registren temperaturas de hasta 32 o 33 grados.
Por último, el director del observatorio advirtió que la primavera llegará con una sensación térmica extrema, debido a la combinación de calor y humedad: “En primavera vamos a tener sensación térmica de 40 grados por la humedad”, concluyó.