Según lo dispuesto, el Ejecutivo solo podrá convocar elecciones sindicales en caso de acefalía y cuando no existan previsiones estatutarias que regulen esa situación. Con esta decisión, el Gobierno busca reducir su presencia en la vida interna de las organizaciones gremiales.
Desde el Ministerio de Capital Humano señalaron que la reforma “garantiza el respeto a la autodeterminación de las asociaciones sindicales, ratificando el derecho de los trabajadores a elegir libremente a sus dirigentes, al disponer la no intervención de las autoridades públicas en sus procesos electorales”.
La modificación se enmarca en la política de desregulación que impulsa el Gobierno nacional y se suma a otras medidas recientes como la declaración del transporte marítimo como servicio esencial y la desregulación de la navegación.