Un partido de locos se vivió en Stamford Bridge en el cierre de la jornada 31 de la Premier League. Chelsea ganaba 2 a 0 con total tranquilidad hasta que apareció Alejandro Garnacho y gracias a sus dos goles, Manchester United lo dio vuelta.
Sin embargo, los Diablos Rojos se confiaron, sufrieron el empate en el noveno minuto de adición y lo ganaron en el décimo, gracias a una avivada de Enzo Fernández. De esta manera, Mauricio Pochettino toma aire en The Blues y así se vio por cómo lo festejó: locura absoluta del entrenador argentino.
Chelsea tuvo un gran arranque de partido y se puso en ventaja rápidamente por medio de Conor Gallagher a los cuatro minutos. Cole Palmer aumentó quince minutos después de penal y todo era fiesta en Londres. Hasta que apareció Alejandro Garnacho para descontar a los 34′, luego de sacar provecho en velocidad de un grosero error en salida del conjunto local.
Fueron momentos de suma distracción los que vivió The Blues y apenas cinco minutos después Bruno Fernandes lo igualó de cabeza tras una gran jugada colectiva y de contra, desatando una locura en los fanáticos que estaban apostados en un rincón del Stamford Bridge.
Así se fueron al descanso, con un Chelsea envuelto en dudas y un Manchester United más decidido. Y fue Antony quien, junto con Alejandro Garnacho, llevaron peligro constante en el arco rival. Sus constantes corridas a toda velocidad tomaron muy mal parada a la defensa del Chelsea. Hasta que a los 22 minutos, el brasileño asistió de impecable manera con tres dedos al delantero argentino, que volvió a sacar provecho, esta vez de la muy mala salida del arquero Dorde Petrovic y anotó de cabeza.
Luego, lo festejó a lo Cristiano Ronaldo: sentado en uno de los carteles publicitarios. Los Diablos Rojos se llevaban un gran triunfo, se afirmaban en zona de clasificación a competencias europeas y complicaban sobremanera al Chelsea. Fue tal la confianza que el entrenador Erik ten Hag sacó a Garnacho, el mejor de la cancha, quien no ocultó su fastidio al salir.
Por supuesto, la noche no había terminado y aún quedaba mucha acción en Londres. Diogo Dalot le cometió un infantil penal a Noni Madueke y quien lo cambió por gol fue nuevamente Cole Palmer, un ex Manchester City que lo celebraba de especial manera.
¿Empate 3-3 en el noveno minuto de adición y cosa juzgada? Para nada, porque apenas sacó del medio, el Manchester United volvió a cometer una serie de errores graves, retrocedió peor y tras avisar primero con un remate de Carney Chukwuemeka que se fue al córner, del mismo tiro de esquina llegó el tanto agónico del triunfo.
Gran avivada de Enzo Fernández para tocar rápido mientras la defensa visitante estaba desatenta y mejor aún la postura de Cole Palmer, quien corrió rápidamente por dentro del vértice derecho del área y remató con tal fuerza que el desvío complicó al arquero André Onana, de buen partido hasta ahí.
Locura de los aficionados de The Blues, incluido su entrenador Mauricio Pochettino quien lo gritó con mucho énfasis frente a las cámaras y corrió de punta a punta por el césped de Stamford Bridge.
Tres puntos vitales para Chelsea, que escala en la tabla, abandona los últimos puestos y queda a tiro de la zona de clasificación a los torneos internacionales: a solo dos puntos del West Ham, que es el último que estaría entrando a la Conference League, y a cinco unidades del propio Manchester United, por ahora en zona de Europa League.
Con la boca llena de gol. Así celebró Pochettino el triunfo agónico del Chelsea ante el Manchester United.