En Florida, Estados Unidos, está ocurriendo algo muy extraño: de un momento a otro, autos eléctricos comienzan a prenderse fuego. En las últimas horas ya se incendiaron más de cien, según las autoridades locales.
El motivo no está del todo claro y nadie lo explica con total certeza. La hipótesis más fuerte es que el fuego llega como consecuencia del paso del huracán Ian, que provocó grandes inundaciones en las calles de Florida.
Aparentemente, el agua salada de las inundaciones se mezcló con los componentes eléctricos de estos vehículos y eso produjo los incendios.
Stephen Gollan, del Departamento de Bomberos de Fort Lauderdale, señaló a News Nation que el agua salada corroe el cableado y los componentes de la batería, lo que provoca cortocircuitos o cables expuestos.
Por el litio de las baterías, una vez que comienza un incendio de este tipo es muy difícil de apagar. E incluso con las llamas extinguidas hay serios riesgos de que vuelvan a aparecer. De hecho, algunos departamentos de bomberos están dejando las unidades en cuarentena para controlarlas de cerca. Otros las están sumergiendo en agua dulce para acabar con esa posibilidad.
El jefe de bomberos del estado de Florida, Jimmy Patronis, dijo en Twitter que le estaba pidiendo a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras que investigara el problema. Publicó la carta completa porque le preocupa que estos autos sean “bombas de relojería”.
A través de esta carta, solicita al regulador federal que haga pública la información sobre los riesgos que representan los vehículos eléctricos en inundaciones y la guía para el personal de primera y segunda acción. Por otra parte, pregunta si los fabricantes están comunicando el peligro potencial a sus usuarios.
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