Emanuel Herrera es combatiente de la Brigada de Incendios de Defensa Civil de la Provincia. Es padre de dos niñas, tiene 31 años y hace diez que se encuentra integrando el cuerpo de brigadistas. Trabaja en guardias, y explicó que ese trabajo consiste en realizar guardias pasivas, y por turnos, en horarios diurnos, vespertinos y nocturnos. Pero combatir los incendios no es su única tarea, también asisten ante desastres naturales, como inundaciones, caída de árboles, y sismos.
En el caso de incendios forestales, contó que comienza con un llamado a la central, y concurren de forma inmediata al lugar, donde trabajan según el tipo de siniestro, y si es de gran tamaño, pidiendo colaboración a sus compañeros, como a Bomberos Voluntarios y de la Policía provincial para que presten apoyo.
“Cuando llegamos al lugar evaluamos la zona, si hay casas aledañas, animales o lo que pueda ser afectado por el fuego”, detalló.
La primera sensación de Emanuel es salir de la central, que se encuentra ubicada en la Capital riojana, pensando en qué va a pasar: “voy a hacer el trabajo para poder volver a la casa donde siempre nos esperan nuestras familias”. Emanuel tiene dos hijas, de ocho y diez años.
Recordó que, en el último incendio forestal, que se encuentra siendo investigado por la justicia cuando arribaron al lugar, entrevistaron en primera instancia a los vecinos, quienes puedan aportar detalles del origen del foco ígneo. “Estuvimos trabajando a la noche, y después todos sabemos lo que paso, hasta donde llegó el incendio”, refirió.
El ultimo incendio se desató en zonas arboladas y de difícil acceso, pero ante esos terrenos de mucha pedregosidad, “hay huellas de animales, que abren camino, y si no hay compañeros especializados para realizar esa apertura”. Y es que, “desde abajo siempre se combate, aun cuando llega la aeronave, porque mientras opera la aeronave, seguimos trabajando abajo”.
“El trabajo se determina en el lugar, porque a veces es de mucha gente, o a veces, llevar mucha gente a un lugar que es muy tupido, no se puede”, remarcó.
Agustina Moreno tiene 21 años, pertenece a la Brigada de Incendios de Defensa Civil como combatiente y su ingreso a la fuerza fue como voluntaria a los 16 años. “Me llamó la atención, me gustó y me quedé sobre todo para prestar servicios a la comunidad”, cuenta.
Estuvo trabajando en grandes incendios, como el desatado en el Cordón del Velasco en el año 2024, y en el último tuvo una activa participación.
Sobre sus primeros pasos ante el llamado de emergencia, relató que, “primero tenemos que tener tranquilidad, no nos podemos alterar o tomar decisiones que después sean un problema. Vamos con los compañeros, compartimos, y trabajamos”.
Pertenece a la guardia del turno tarde, de lunes a viernes desde las 18 a las 23 horas, pero siempre atenta al teléfono, las 24 horas del día.
En el último incendio, trabajo activamente, cuando los llamaron, fueron con un encargado del grupo que se encarga de analizar el tipo de incendio, y determina cuántos brigadistas entrarán al foco, para combatirlo. “En mi caso yo no tuve contacto con los vecinos, pero en el caso que lo tuviera, la recomendación siempre es tratar de no hacer quemas, tratar de no limpiar a la vuelta porque está prohibido, y sobre todo, cuidar el medio ambiente”, repasó llamando a la sensibilidad de la población.
“Fue muy feo ver todo lo que se quemó. Si bien no encontraron animales, vieron toda la vegetación devastada por el fuego”, refirió sobre el último foco que se produjo en barrio Las Talas y avanzó hasta la zona de El Mistolar.
La brigadista remarcó que, la mayoría de los incendios se producen por la mano del hombre. “Salimos, no tenemos hora de regreso, no sabemos si nos va a pasar algo o no, y siempre tenemos la sensación de volver a la casa”, contó, a la vez que valoró el apoyo de su familia: “eso es lo que me da ganas de volver, todos los días”.
En la Brigada hay doce personas, tres mujeres y nueve hombres. Todos dispuestos las 24 horas a trabajar en el combate del fuego. “Nos tocó muchas veces salir a la madrugada, porque casi siempre los incendios comienzan a la noche”, remarcó.
Pero, generalmente de noche no pueden trabajar por la seguridad de ellos mismos, ante el terreno, los animales que viven en el monte, y otras dificultades propias de la oscuridad.
“Todos los que pertenecemos a esta fuerza, comenzamos como voluntarios en la Brigada de Incendios”, afirmó Emanuel.



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