El ex director técnico reconoció que los últimos estudios mostraron que la lesión volvió a avanzar y que esa situación le genera una preocupación constante: “A veces me pongo a pensar y me duele la cabeza de verdad”.
Caruso relató que, desde la operación, su vida cambió por completo: debió reforzar controles médicos, modificar rutinas y aprender a convivir con un temor que aparece cada vez que siente un síntoma.
Aunque intenta mantener el humor y el tono directo que lo caracteriza, admitió en sus declaraciones a Clarín, que la incertidumbre lo acompaña a diario: “Es algo que va a seguir estando ahí. Y eso te hace pensar en todo”.
A pesar del panorama, el ex entrenador asegura que intenta llevar una vida activa, rodeado de familia y afectos, y sostiene que hablar públicamente de su caso le sirve como desahogo. También considera que visibilizar su experiencia puede ayudar a otros que atraviesan situaciones similares: “Hay que hacerse estudios, no hay que dejar pasar las señales”.
Caruso Lombardi confía en que los controles médicos y el seguimiento constante podrán mantener el tumor bajo control. Mientras tanto, asume este nuevo capítulo con sinceridad y sin ocultar el impacto emocional que le provoca.
Su testimonio, crudo y humano, vuelve a mostrar que detrás de la figura polémica y explosiva hay un hombre lidiando con un desafío que no eligió, pero que enfrenta con valentía.



and then