Dinamarca ha dado un paso histórico en materia de defensa y equidad al extender el servicio militar obligatorio a las mujeres. La medida, que entró en vigor el 1 de julio de 2025, obliga a todas las jóvenes que cumplan 18 años a inscribirse para ser evaluadas, en igualdad de condiciones con los varones, para su posible incorporación a las Fuerzas Armadas. Hasta ahora, las mujeres podían alistarse de forma voluntaria, representando aproximadamente el 24 % de los reclutas en 2024.
La decisión fue adoptada en el marco de un amplio consenso político y responde a la necesidad de fortalecer la capacidad defensiva del país ante un contexto internacional cada vez más inestable. Según el ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen, el objetivo es movilizar a más jóvenes y garantizar que la seguridad nacional sea una responsabilidad compartida por toda la ciudadanía. “En la situación mundial en la que estamos ahora, es necesario tener más reclutas, y creo que las mujeres deben contribuir a ello por igual”, afirmó.
El nuevo esquema de reclutamiento contempla un sistema mixto: primero se incorporan los voluntarios y, si no se cubren los cupos necesarios, se realiza un sorteo entre los inscriptos. Además, se prevé una ampliación progresiva del período de servicio, que pasará de los actuales cuatro meses a once en 2026. El número de reclutas anuales también se incrementará, con la meta de alcanzar los 7.500 en 2033, frente a los 5.000 actuales.
Las Fuerzas Armadas danesas ya han comenzado a adaptar sus instalaciones y equipamiento para garantizar condiciones adecuadas para una tropa más diversa. Se están rediseñando uniformes, mochilas y espacios de alojamiento, en respuesta a las necesidades específicas de las mujeres reclutas.
Esta reforma se enmarca en una estrategia más amplia de fortalecimiento militar impulsada por Dinamarca, que incluye un aumento significativo del gasto en defensa —previsto en un 3,2 % del PIB para este año— y una mayor cooperación con la OTAN. La primera ministra, Mette Frederiksen, ha subrayado que Europa debe ser capaz de defenderse por sí misma, y que el rearme es una prioridad ineludible.
Con esta decisión, Dinamarca se suma a países como Noruega y Suecia, que ya aplican el servicio militar obligatorio sin distinción de género. La medida ha sido celebrada como un avance hacia la igualdad, aunque también ha generado debates sobre la militarización de la juventud y los desafíos logísticos que implica su implementación. En cualquier caso, marca un hito en la política de defensa del país y redefine el rol de las mujeres en la seguridad nacional.