Carlos viajó acompañado de su esposa, la reina consorte Camila, y fue recibido con una salva de 21 cañonazos luego de que su avión aterrizara en el aeropuerto internacional de Berlín, la capital alemana.
Luego, está previsto que la pareja real recorra la Puerta de Brandeburgo y sean recibidos por el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, que, como Carlos, es el jefe de Estado de su país y quien dará un discurso de bienvenida.
Será la primera vez que un invitado de Estado reciba honores militares al pie del emblemático monumento, símbolo de la división de Berlín durante tres décadas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de la Guerra Fría.
Se espera que Carlos III, de 74 años y entronizado en septiembre de 2022, se quede en Alemania hasta el viernes, tiempo en el que también visitará la ciudad de Hamburgo.
En un principio estaba previsto que la pareja real británica visitara primero Francia, antes de Alemania, pero ese viaje tuvo que cancelarse debido a las protestas contra una impopular reforma de las pensiones que sacuden al país.
La embajadora británica en Berlín, Jill Gallard, destacó la importancia que Londres asigna a este viaje.
«Esta visita fue recomendada por el Gobierno británico», dijo en la emisora de radio pública Deutschlandfunk por la mañana.
La visita de la pareja real debería enviar una señal de cohesión: Reino Unido salió de la Unión Europea (UE), pero no de Europa, dijo Gallard.
En vista de la guerra en Ucrania, «los alemanes, los británicos, los europeos» han trabajado en estrecha colaboración para apoyar a Kiev, destacó. El modo de afrontar la política energética es también otro de los objetivos comunes, apuntó.
En Berlín, el barrio del edificio de la Cámara Baja del Parlamento federa) y los alrededores de la Puerta de Brandeburgo, incluida la famosa avenida Unter den Linden, estaban hoy engalanadas con banderas británicas para recibir a la pareja real.
Mañana, Carlos III se reunirá con el jefe de Gobierno alemán, el canciller federal Olaf Scholz, visitará un mercado con la alcaldesa de Berlín, pronunciará un discurso ante los diputados.
También mañana, el monarca tiene prevista una reunión con refugiados ucranianos que huyeron de la invasión rusa a Alemania y ahora se alojan en el antiguo aeropuerto berlinés de Tegel.
El viernes, Carlos viajará a Hamburgo en un tren de alta velocidad de la Deutsche Bahn.
Su primera parada al llegar será un monumento conmemorativo que recuerda el esfuerzo por evacuar a los niños judíos de la Alemania nazi y llevarlos al Reino Unido durante el Holocausto.
A continuación, depositará una corona de flores en las ruinas de San Nicolás. La iglesia, destruida en gran parte por los bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial, es ahora el monumento central de Hamburgo a las víctimas del régimen nazi.
La última visita de la difunta Isabel II a Alemania en 2015 levantó una ola de entusiasmo en el país, y se espera que su hijo, que ya ha visitado el país más de 40 veces antes de ser rey, reciba también la misma acogida. (Télam)
