Auzqui y Valoyes, sobre el final, marcaron para la visita, que fue superior a lo largo de los 90 minutos. El Xeneize había igualado a partir de un gol en contra.
Talleres dio el golpe en la Bombonera: le ganó 2-1 a Boca sobre el epílogo, aunque fue superior a lo largo de los 90 minutos. Carlos Auzqui y Valoyes anotaron para la visita. Santos, en contra, había empatado transitoriamente para el dueño de casa, luego de un desvío a la salida de un córner.
La T sorprendió con un planteo agresivo en el inicio: la línea defensiva bien adelantada, presión extensiva y vértigo por las bandas. Así, le quitó la pelota y descolocó a Boca, que no logró hacer pie, excepto en algún contragolpe con la velocidad de Villa como bandera.
A los 12 minutos, el golpe de la visita. Andrada salió mal con los pies, Talleres puso mucha gente en ofensiva y, tras el remate en el palo, Carlos Auzqui, un ex River, firmó el 1-0 parcial.
Desde la coordinación de su doble 5 (Méndez-Navarro), el desgaste de Valoyes, Fragapane y Auzqui y el juego de espaldas de Retegui, Talleres se hizo dueño del juego. La desorientación generó incluso cortocircuitos entre los propios jugadores del dueño de casa. El ejemplo más importante: el cruce a los manotazos entre Izquierdoz y Fabra.
Boca sólo logró salir del desconcierto del primer tiempo cuando Carlos Tevez logró espacio para pensar. Como a 10 minutos del descanso, cuando habilitó a Villa a la carrera y el colombiano desvió su remate cruzado. Fue netamente inferior a su adversario, dejando una imagen más parecida a la del empate ante Sarmiento o el triunfo exiguo contra Claypole.
Tras el entretiempo, los de la ribera intentaron reaccionar desde los cambios. Buffarini entró por Campuzano (lesionado, pasó Capaldo al medio) y Soldano por un Almendra intrascendente. Instantes después fue el turno de Mauro Zárate y Rojo (por Izquierdoz, protagonista del escándalo con Fabra). Al menos, el local empujó.
Así y todo, al minuto, Talleres pudo ampliar la ventaja: Valoyes devoró una vez más la espalda de Fabra y Andrada mandó al córner su intento. Con las líneas más juntas para no ofrecer espacios para la creación, y apelando a sus velocistas, sobre todo a Michael Santos (que edificó una corrida magnética que no tradujo en gol), la T siguió lastimando. Boca, en tanto, se fue transformando minuto a minuto cada vez más en Tevez dependiente.
Cuando a Boca le costaba horrores la generación de juego, Zárate lanzó un córner con veneno y Sants peinó el balón en el primer palo y superó involuntariamente a su propio arquero y logró el 1-1. Alivio para Russo y sus pupilos.
Pero Talleres no abdicó, siguió buscando. Andrada tapó ante un remate lejano de Navarro y luego respondió dos veces ante dos intentos lejanos. Hasta que ya en el epílogo, su valla volvió a caer. Soñora lanzó un centro desde la derecha y Valoyes, solo, en el punto del penal, puso el pie con precisión: 2-1 y justicia. Y un golpe impensado para el elenco auriazul, que deberá continuar buscando su mejor versión.