Este 30 de mayo se celebra en todo el país el Día Nacional de la Donación de Órganos, una fecha que conmemora un hecho profundamente simbólico: el nacimiento de Dante, hijo de una mujer trasplantada que dio a luz en el Hospital Argerich de Buenos Aires.
En este marco, familiares de donantes, pacientes trasplantados y personas en lista de espera se reunieron en un acto de agradecimiento conjunto. “Hoy nos hemos juntado para agradecer. Es un unísono de gratitud a todos los donantes que, en algún momento, ofrecieron una nueva oportunidad de vida”, expresó el Dr. Reinoso.
En diálogo Nueva Rioja, el Dr. Reinoso brindó un panorama sobre la situación actual en la provincia en materia de donación y trasplantes: “Tenemos una lista de espera de 119 personas, de las cuales 14 esperan un hígado y 28 están en situación crítica. Es una cifra abultada que nos interpela como sociedad y como sistema de salud”.
El directivo destacó el trabajo cotidiano que se realiza para detectar potenciales donantes: “El sistema está en constante alerta, evaluando posibilidades, porque cada donante representa la posibilidad de salvar o mejorar la calidad de vida de muchas personas. Un paciente trasplantado puede volver a tener una vida completamente normal. Imaginen lo que significa para alguien que está en diálisis tres veces por semana durante cuatro horas al día”.
Consultado sobre la importancia de la educación y la concientización, Reinoso valoró la iniciativa de una escuela secundaria local, la primera del país en incluir la donación de órganos en su formación curricular: “Es fundamental empezar a hablar del tema desde chicos. Estos jóvenes lo conversan en sus casas, lo comparten con sus familias, y eso genera un cambio cultural profundo. Sin una sociedad comprometida, el trasplante no es posible”.
Finalmente, el director del CUCAILAR instó a derribar prejuicios: “No se trata de un mito sobre donar órganos, sino de los temores que rodean a la muerte. Muchas veces evitamos hablar del tema por miedo, pero es clave confiar en que los profesionales certifican correctamente los fallecimientos. Donar órganos es un acto de amor que trasciende”.
Fuente: Nueva Rioja