La Argentina canceló este miércoles un vencimiento de unos 1.900 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente a la deuda que por 45.000 millones que contrajo el anterior gobierno en 2019.
“Es un débito automático que se realiza con la apertura de los mercados en Nueva York”, apuntó una fuente oficial.
El balance de reservas del Banco Central reflejó al pago al ubicarse al cierre de la jornada en 39.153 millones de dólares, 1.956 millones por debajo de las informadas el día anterior.
El Ministerio de Economía aún no emitió información sobre la operación.
Para el pago, se aplicaron parte los Derechos Especiales de Giro (DEGs) que el país recibió en agosto, producto de una ampliación de capital dispuesta por el organismo.
A fines de ese mes, Argentina obtuvo 3.055 DEGs, equivalentes a 4.334 millones de dólares, que pasaron a formar parte de las reservas.
Durante septiembre, se afectaron 1.884 millones de dólares al pago de la primera obligación derivada del crédito stand by, que ahora está sujeto a revisión, y en noviembre, otros 388 millones de dólares.
Durante 2022, Argentina tiene obligaciones a saldar con el FMI por 19.000 millones de dólares, con una fuerte concentración en el primer trimestre. En enero, opera un vencimiento de 1.360 millones de dólares y, en febrero, otro por 600 millones de dólares.
Pero la mira está puesta en marzo, cuando se afronte una cuota de 2.900 millones de dólares, que además se solapa con una obligación comprometida con el Club de París.
De allí que el Gobierno se encuentra urgido de cerrar un nuevo acuerdo con el FMI, que despeje el horizonte de vencimiento con el organismo e, incluso, otorgue un plazo de gracia para la devolución.
De cerrar el pacto con el organismo con sede en Washington, en forma automática se encadena la renegociación con el Club de París para reformular deudas por unos 2.400 millones de dólares.
Pese a encontrarse en plenas negociaciones, el Gobierno no podía incluir en una eventual restructuración la obligación que vencía este miércoles.
Si no hubiese pagado, caía en default con el organismo y debía iniciar un proceso diferente y muchísimo más engorroso para regularizar la situación.
Días atrás, Claudio Lozano, director del Banco Nación, había presentado ante la Justicia un recurso para evitar el pago de este miércoles hasta tanto el Congreso no realice una revisión de la legitimidad de la deuda contraída por Macri, pero el pedido fue rechazado.
Cuando se conoció la posibilidad de la recepción de DEGs, representantes del Frente de Todos reclamaron que ese dinero se vuelque a la reactivación de la economía tras la pandemia, pero fue la propia Cristina Fernández la que abortó esa propuesta cuando tomó conocimiento de los problemas que podía generar el default con el organismo.