Hay que remarcar que los aceites o “bronceadores” que se buscan por cuestiones estéticas no tienen ningún cuidado sobre nuestra piel. Deben utilizarse protectores de uso médico.
“Es muy sencillo cuidarse, y eso es más fácil que todas las complicaciones que vienen después si no lo hacemos”, aseguró el especialista.
“Hay que hacer entender que el sol nos da vida en muchas circunstancias, es muy útil para la fabricación de la vitamina D, pero hay que ser cuidadosos y detallistas en su cuidado, para evitar problemas”, indicó.
Las horas más complejas son mayormente entre las 10:30 y las 16:00 horas, pero para comprobarlo hay una regla muy sencilla: la altura que se mide en el piso de la sombra debe ser superior a la altura real de la persona. Cuanto más corta sea la sombra, mayor es el riesgo para nuestra piel.
“Si la sombra es más alta que la persona no hay ningún daño, significa que el sl es todo beneficio”, comentó en base a las recomendaciones de la OMS.
Es necesario recordar que la piel tiene “una memoria que no se borra”. Todo el exceso de sol absorbido a lo largo de los años es lo que luego puede desencadenar cáncer de piel luego de los 40 o 50 años.
El doctor recordó que “Todo lunar de más de 3 ml de espesor, con lastimadura o que pique, debe alertarnos” y pidió realizar los controles periódicos con un especialista.
