El hecho se conoció por una entrevista del actor con una revista estadounidense.
“Simplemente pensé que, básicamente, si me atropella un autobús, todos están en el testamento. Entonces, ¿por qué diablos estoy esperando que me atropelle un autobús?”, explicó el actor de 59 años en la edición del Hombre del Año de la revista GQ.
El hecho ocurrió mucho antes de que Clooney, Gerber y otro socio comercial vendieran su marca de tequila Casamigos por mil millones de dólares, reseñó un despacho de la agencia ANSA.